Tú no creíste nunca que en el viento
pudiera yo fundar los edificios
de esta ciudad tan tuya, y los bullicios
fueran todos los versos que me invento.
No creíste en los seres que presiento
y que llenan las calles con sus vicios
de saltarse los grandes precipicios
para prestar sus voces a mi cuento.
Pero ahora que estás de este lado
del tiempo y la metáfora furtiva,
puedo inventarte asombro enduendado.
Es esta mi ciudad alternativa,
donde tú vives junto a lo creado
y que habita la fe en carne viva.
TE AMO!
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